jueves, 25 de mayo de 2017

Juana Rosa Schuster

MI MEJOR AMIGO
  
Compañero fiel en mis días,
celoso cancerbero de las
puertas de mi hogar.
La vejez imperdonable te alcanzó,
desde tu ceguera me supiste reconocer.
Tu débil ladrido igual escucho.
Esos ojitos de cervatillo perdieron
su luz de luciérnaga.
No hay postigos que cierren por dentro
tu imagen de fiel guardián.
Duele el llanto que provoca.
esa ausencia inexplicable.
Los faroles apagados de
aquellas pupilas borraron
a tu feroz enemigo,
el gato vecino.
Te has vuelto transparente.
Fuimos tu lazarillo
en tus perennes noches negras.
Te sepultamos en el jardín
y mañana serás esas rosas
blancas que el pálido
viento deshojará.
Al enterrarte, se hundió
en el pozo media alma mía.

VENGANZA 
 
Dime que  no te asusta
el que haya vuelto.
Dime que no es cierto
lo que comentan.
Juraste ser sólo mía
en el maizal.
Mis manos te rodeaban
cuando me besabas.
 La luna menguante
aprobó sonriente que te entregaras.
Dime que me esperaste
con ilusión.
Dime que es para mí
tu carita de camafeo.
En la taberna dicen
que te has marchado.
Dicen que no ibas sola
en aquel carruaje.
Sabes que puedo ser malo
cuando yo quiero.
También sabes que puedo hallarte
donde te encuentres.
Y la daga se clava,
y la sangre mana,
como de una górgola
de la catedral.

DESAMOR

Que me vaya.
Que junte las cosas.
Armo la maleta y acomodo el desamor bajo la ropa.
El señorito se ha cansado de mí.
Dos copas vacías descansan sobre el mantel.
Vacías, las copas, entablan un diálogo.
Las caricias partidas caen y se pulverizan.
Polvo agonizante nacido en las voces de aquellos suspiros.
El sol de Granada ha perdido su brillo.
Moneda gastada, hace reproches.
Temores viscerales que no me dejan partir.
Abandonar la casa que huele a blanca leche tibia.
Tal vez, cuando no esté, me arme en la mente.
Dicen en los cortijos que todo lo que se va, permanece.
Que saque las fotos.
Que deje el canario.
Que cierre la puerta.
Que no diga nada…

Que me lleve al niño.         

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